Civismo
Paseo de Ulia: la alfombra marrón
 
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Un día sí y otro también. Mierda por aquí, mierda por allá.
Ahora, con las hojas del otoño, la cosa se disimula un poco… pero ahí sigue, firme, esperando a su próxima víctima.
Y no, no es un derrape: alguien se la ha llevado puesta hoy. Como nosotros esta semana —dos veces de ida al cole y una de vuelta a casa—. Porque claro, hay quien no puede esperar a llegar a casa con los “recuerdos” de su mascota. Y no es cosa de uno ni de dos... Estamos deseando que abran las playas a los caninos en verano… ¿para qué? ¿Para quién? ¡Ah, ya sé! Para que la mierda se disipe en la oscuridad con el vaivén de las olas. ¡Eso es! Porque dudo mucho que alguno de estos se agache a recoger su mierda (perdón, excrementos) 


