Tráfico
Nuevo radar en Atotxaerreka
Muchas gracias. Recientemente se ha instalado un radar en Atotxaerreka bidea a la altura del número 13 y muchos vecinos no podemos estar más agradecidos por su instalación. Han sido múltiples las veces que hemos avisado de la velocidad en la que se circulan en esta calle y parece que el Ayuntamiento al fin ha tomado nota.
Atotxaerreka bidea se ha convertido en una vía rápida en la que no se respeta la limitación general de “Ciudad 30” para Donostia. Es, de facto, el acceso alternativo al polígono de Zuatzu; todas las mañanas decenas de coches toman esta calle residencial para ir al parque empresarial y evitar las retenciones que se crean en Igara. A esa hora, muchos niños bajan caminando hacia la ikastola y se dan situaciones de peligro en los pasos de cebra que casi nadie parece ver que existen. La velocidad de la mayoría supera ampliamente los 30 km que se indican en esta vía residencial.
Toda la reparcelación y urbanización de terrenos y viales de esta zona de Añorga fue costeada íntegramente por particulares propietarios del suelo. El plan de urbanización fue supervisado por la oficina técnica municipal. El Ayuntamiento de Donostia además recibió sin coste parcelas ya urbanizadas para su posterior aprovechamiento económico. Para que esta zona residencial de baja densidad gozara de una circulación relajada se incluyeron, en las partidas costeadas por los propietarios y la memoria de urbanización, badenes de goma en los pasos de cebra y así se entregaron al Ayuntamiento en la urbanización acabada en 2008.
La permisividad para con las obras de construcción ha desembocado en unos años de ocupación descontrolada de aceras peatonales, descarga en medio de la vía pública a cualquier hora, y sobre todo, un intenso tráfico rodado de maquinaria y vehículos que acabó por deteriorar los badenes fijados al asfalto. El servicio de mantenimiento municipal los fue retirando en todo un alarde de mantenimiento eficaz a medida que se soltaban y algunos incluso antes de desprenderse de manera preventiva. Muerto el perro, muerta la rabia. Pero el problema no eran los badenes. La velocidad excesiva, la contaminación acústica y las situaciones de peligro no hicieron más que agravarse.
Esperemos que medidas como ésta sirvan para que los conductores y conductoras tomemos conciencia de la necesidad de una circulación respetuosa y adaptada a una zona residencial y a un entorno natural. Que entre todos ayudemos a la convivencia entre vecinos, vecinas, peatones, ciclistas y otros usuarios de la vía pública.