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Devastación del fondo marino
Es una pena compartir la desmotivación de muchos de nuestros arrantzales, cuando, compartiendo un pintxo nos cuentan sus limitaciones de cupos, lo duro que es la mar, los pocos peces que quedan, etcétera. Sin embargo, es más duro ver aún como son ellos mismos quienes sin ningún impedimento arrojan las redes a menos de una milla de la costa y arrasan con todo ya que según dicen todos hacen lo mismo y tienen letras que pagar. Ayer mismo seis arrastreros en frente de Jaizkibel arrasaban con lo que podían. Una pena.