Obras
Cuatro años de un edificio histórico asediado.
Afirman los dos vecinos que quedan en este inmueble que lo que pretende el Gobierno Municipal con esta valla alrededor de sus viviendas, es presionarles para que las vendan al propietario de casi todo el edificio, de modo que este pueda al fin derribarlo y construir en su lugar un nuevo bloque que acabe por ocultar definitivamente la vista de Santa María y Santa Teresa, y arruinar gran parte del encanto de un entorno histórico que se supone protegido. Lo cierto es que
no vemos otra razón para que se mantenga durante cuatro años esta valla de obras, que crea una espacio de suciedad e inmundicia, ofreciendo una pésima imagen a los numerosos visitantes que pasean por la zona. Si el inmueble presenta riesgo de caída de alguno de los elementos de su fachada, que el Ayuntamiento obligue a sus propietarios a repararla, si no, que retire de una vez la valla. Las campañas para favorecer el turismo y el patrimonio cultural deben basarse en su rehabilitación, no en rimbombantes discursos y eslóganes vacios, que hechos como este contradicen.