Civismo
ONDARRETA Y LA CONCHA ¿ESPACIOS PREFERENTES PARA QUE CORRAN LOS PERROS SUELTOS? ¿MONOPOLIOS CANINOS EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS?
Desde que finalizó la temporada e playas en 2022 he observado que resulta difícil e incómodo, tanto entre semana como sábados y domingos pasear, practicar deportes, o simplemente estarse tranquilamente disfrutando de la arena en las playas de Ondarreta y la Concha sin que se cruce algún perro, e incluso sin que te siga otro, o correteen entre las piernas de viandantes, corredores/as, paseantes... Por supuesto no olvido los frecuentes ladridos entre ellos o a los que no los conocemos ni hemos tenido el gusto de ser presentados antes
Hace 4 semanas contemplé la escena de cómo se desplomaba sobre las arenas de la concha, cerca del Pico del Loro un corredor alto, al tropezarse con un boxer francés que se le cruzó en su carrera, mientras la dueña paseaba con otro boxer, también de su propiedad, absorta en la pantalla de su teléfono móvil. El corredor adulto cayó al suelo todo lo largo que es, y tuvo la delicadeza de no reprochar nada a la despreocupada propietaria.
Mi deporte es correr y a pesar de que me encantan los perros, y de hecho adopté a los 10 un pointer abandonado por cazadores en la sierra de Madrid, me resulta difícil comprender el excesivo protagonismo de los perros en los meses de otoño invierno y primavera cuando sus dueños/as "toman" físicamente la arena de nuestras playas y se divierten dejándolos correr sin control entre los ciudadanos y ciudadanas que pretenden otras actividades deportivas, lúdicas o sencillamente de descanso.
Pienso que se puede moderar este abuso de ocupación espacial y también la contaminación acústica de los frecuentes ladridos.
Ondarreta y la Concha merecen algo más que esa transformación Otoño invernal en lúdicas perreras de lujo.