Mobiliario e infraestructuras
La decadencia del marco incomparable
Si ya no respetamos ni siquiera las barandillas de la Kontxa apaga y vámonos. El otro día, paseando por ese paseo no me podía creer las barandillas tipo verja de obras, eso sí pintaditas de blanco y bien colocaditas, en los accesos a la playa por escaleras. Y de la cutre baranda de la rampa más cercana a Alderdi Eder hablaremos otro día. Claro que me puedo equivocar y esta situación es provisional, esperemos no definitiva