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¿A dónde van a parar nuestros huesos?
Es obvio que en el cementerio de Durango no existe el respeto, ya no quizá tanto a hacia quienes ya nos dejaron, sino que hacia los que seguimos aquí, llorando a nuetsros seres queridos. No entiendo de leyes, no sé si los cadáveres que ya molestan son extraídos de sus tumbas, pero opino con certeza que no deberían abandonarse en un cubo de basura a la vista de todos aquellos que a menudo visitamos y lloramos a nuestros difuntos... Ahora sé cómo será mi final, menos mal que no estré para verlo...